Una discusión por ruido acaba a tiros en un pueblo de Valencia

Un hombre  recibe  un  disparo  en  la  localidad  valenciana  de Sumacárcer  tras  una  discusión  por  el ruido  //  Un  lituano  recrimina  a  una  familia  gitana  por armar escándalo y la discusión acaba a tiros




La localidad valenciana de Sumacárcer se estremeció a finales del mes de mayo con el  suceso que alarmó a los vecinos. Un hombre recibió un disparo después de mantener una discusión por el ruido que  hacían  unas personas  de  etnia  gitana  que  mantenían  una  reunión  festiva  en  una  céntrica  plaza del pueblo. La plaza de  la  Era  es  una  de  las  principales  de  Sumacácer,  es  habitual  que  esté  repleta  de  niños jugando, familias paseando y, en definitiva, es uno de los mayores  espacios de sociabilidad de esta localidad  de poco  más  de1.000  habitantes.  

El  domingo  29  de  mayo,  afortunadamente  la  Procesión del Corpus hizo que la plaza estuviera prácticamente desierta, hecho que evitó que hablemos de una auténtica tragedia derivada de los hechos que acontecieron aquella tarde. Mediada  la tarde de aquel domingo, a falta de pocos minutos para las  6 de la tarde, un hombre de nacionalidad  lituana,  muy conocido en el pueblo, pasaba por la plaza  y se percató de que un grupo de personas de etnia gitana, estaban haciendo ruido, al parecer dando palmas, cantando y tocando la  guitarra. Según  relatan  algunos  testigos,  el  lituano  estaba  bajo los  efectos  del  alcohol  y  por  razones  que  se desconocen  le  resultó  especialmente  molesta  aquella  situación.  Tanto  fue  así  que  no  dudó  en recriminar vehementemente al grupo. Los gitanos, puede que alguno de ellos también en estado de consciencia alterado, respondieron con igual vehemencia a las recriminaciones. La discusión fue en aumento hasta que, irremediablemente, llegaron a las manos.  

La  situación  era  de  clara  desventaja  para  el  ciudadano  lituano  por  la  inferioridad  numérica,  pero como se trata de un hombre  muy corpulento, alrededor de 1,90, y además acostumbrado al trabajo en el campo, se dio la circunstancia que  fue  éste quien golpeó con mayor potencia  y efectividad al resto.  La  pelea  subió  de  intensidad  y  fue  precisamente  el  hecho  de  ser  un  hombre  con  un  físico poderoso lo que estuvo a punto de costarle la vida. Harto de recibir golpes  y al  ver que  no eran capaces de reducir a  la víctima, uno de los gitanos, al parecer miembros de la misma familia, acudió a un domicilio mientras el altercado continuaba entre empujones, patadas, puñetazos y amenazas. 

Dolido por los golpes, aunque posiblemente también en el  orgullo,  no  dudó  en  coger  una  pistola  del  calibre  22,  regresar  a  la  plaza  y  esgrimirla  ante  el lituano. La situación era complicada para el lituano, puesto que al ver la pistola intentó huir, produciéndose una  persecución  que  sembró  el  pánico  ante  los  testigos.  Un  hombre  corpulento,  magullado  por  la pelea, perseguido por un grupo que le gritaba y amenazaba pistola en mano. En un momento dado, el  portador  de  la  pistola  efectuó  varios  disparos,  pudieron  ser  hasta  4.  Al  menos  uno  de  esos disparos impactó contra la pared de una casa cercana y otro hirió el brazo izquierdo del perseguido. Los  perseguidores  huyeron  del  escenario  cuando  comprobaron que  un  disparo  había  alcanzado  al lituano,  quien  intentó  apoyarse  en  la  puerta  de  una  casa  para  buscar  ayuda,  pero  no  tardó  en desplomarse. Acto  seguido  algunas  personas  acudieron  a  ayudarle,  llegando  incluso  a  realizar  un precario torniquete que pudo ser clave para que no terminase desangrado. 

La tarde del domingo 29 de mayo de 2016 difícilmente será olvidada por los vecinos de Sumacárcer  y  la  sensación  de  lo  que  pudo  haber  sido  de  no  ser  porque  a  esa hora tenía  lugar  la  Procesión  del Corpus, acompaña a cada vecino. 

La víctima

El hombre que recibió el balazo, del que se recupera en el  Hospital de la Ribera, es un liltuano, de entre 30 y 40 años muy conocido en el pueblo  y que se muestra violento cuando  bebe. Según han relatado  algunos  testigos,  no  se  trata  de  un  hombre  problemático,  pero  el  alcohol  le  transforma. Lleva trabajando en el campo más de 15 años por la zona, en concreto es un habitual de las campañas de recogida de naranja y ha estado casado y residiendo en Sumacárcer durante alrededor de 15 años.  Desde  hace  un  tiempo  se  trasladó  a  otra  localidad  cercana  llamada  Antella,  pero  resultaba normal verle por el lugar de los hechos. 

La  Guardia  Civil  detuvo  a  los    autores  y  pensó  que  podría  tratarse  de  un asunto de drogas

Tras efectuar los disparos se produjo la huida de 3 hombres. Escaparon en 2 coches y no tardaron en ser detenidos  por  efectivos  de  la  Guardia  Civil.  Se  trata  de  tres  miembros  de  un  mismo  clan asentado en Alberic,  una  localidad  cercana  al  lugar  de  los hechos,  y  que  podrían  tener  relaciones con actividades  delictivas.  En  la  investigación  no  se  descartó  que  pudiera  tratarse  de  un  asunto relacionado con drogas, puesto que algunos indicios relacionados con los autores de los hechos así podían indicarlo. Si  bien esa  línea de  investigación  no se descarta, tampoco el plantear que  pueda tratarse simplemente de una discusión que pudo terminar en tragedia.

Comentarios